Á. FAES Son documentos públicos de todo tipo. De los que dan fe de la relación entre los ciudadanos y la Administración. Y han sido destruidos. Oviedo hace limpieza general, vacía los cajones y cuenta ya por 33.711 kilos el total de papel eliminado de las diferentes estancias en las que acumula documentación, entre el año pasado y lo que va del actual. En la última tirada, han vaciado una nave del polígono de Olloniego donde había almacenados 26.880 kilos de papel. Así abren hueco para los archivos de la Tesorería y de la Abogacía municipal.

De la selección de los documentos que se pueden eliminar se encarga una comisión que preside el concejal de Economía, Jaime Reinares, y en la que están la archivera municipal, el abogado consistorial y un archivero del Gobierno regional. Se trata de clasificar los documentos en tres grupos: los de conservación permanente, los de eliminación parcial y los de eliminación total, que así se denominan las tres categorías. Son documentos públicos de toda índole: expedientes, correspondencia con otros municipios, contratos, resoluciones, solicitudes... Algunos se destruyen por existir ya duplicados y otros porque, simplemente, su validez ha caducado y no tienen utilidad alguna.

"La informatización de los servicios de la Administración hace que la producción de papel haya disminuido en los últimos tiempos", cuenta Jaime Reinares, responsable de la comisión. El municipio tiene su archivo de documentación repartido por la ciudad. Además de la nave, en Olloniego hay otro local con miles de papeles, otro en La Corredoria, uno más en la calle Quintana y también en locales entregados como desarrollos urbanísticos.

"Lo ideal sería tenerlo todo en el mismo lugar, pero no tenemos dónde. Estamos buscando sitios, y está claro que lo ideal sería utilizar una de las nave de la Fábrica de Armas para poder hacer un archivo general, si es que algún día llegamos a tener la propiedad", asegura el concejal de Economía en el Ayuntamiento

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