Publicado el: 07/03/2007 / Leido: 9227 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
ALVARO GONZÁLEZ, CONSERVADOR DE LIBROS Y PAPEL, ADVIERTE
TODOS LOS ARCHIVOS NACIONALES ESTÁN EN PELIGRO DE DESAPARECER
Fuente: http://www.analitica.com
FECHA:AUTOR: Jesús Valente
Son muchas las referencias respecto al papel que tenemos en la vida diaria y tal vez esa misma cotidianidad nos ha hecho verlo en forma indiferente. Pero el papel es base para la memoria, que abarca desde lo más sencillo, como una nota recordatoria, hasta lo más complejo, como un manuscrito o las páginas de la historia. Gracias a Dios, no para todos el papel es sólo un medio sino que puede constituirse en un fin en sí mismo. Nuestro invitado a estas páginas es uno de ellos, se trata de Alvaro González, quien ha entregado su vida al arte de la conservación y preservación del libro y el papel.
Su pasión por esta materia comienza, si se quiere, en forma casual. Eran, como relata, los años '70, y tenía para entonces 17 años. Como muchos jóvenes a esa edad, Alvaro González no sabía hacia dónde enrumbar su vida. Es cuando su hermana le pregunta si deseaba trabajar en un archivo, a lo que sin mayor emoción le contestó que sí. Se trataba del Archivo del Congreso de la República. Desde entonces se sintió atrapado por la tarea de hacer del papel y el libro, un elemento perdurable.
Entre 1975 y 1978 se marcha a España, Madrid específicamente, e ingresa al Centro de Conservación de Libros y Documentos y Obras de Arte sobre Papel. Forma parte de la segunda promoción egresa en esta carrera. La especialización apenas comenzaba. Hoy día cuenta con doctorados en la materia.
Igualmente, realizó un internado en los laboratorios de conservación de Libros Raros de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, entre los años 1986 y 1988.
Se ha desempeñado en diferentes instituciones relacionadas con el libro y las artes gráficas, como la Biblioteca Nacional, donde alcanzó la jefatura de la división de conservación de colecciones; asesor de conservación y responsable de la restauración de la colección Bolivariana de la Fundación John Boulton; hizo una práctica privada en conservación de libros raros y obras de arte sobre papel en Washington; realizó el proyecto de conservación preventiva patrocinado por la OEA del Archivo Nacional de Paraguay, publicado en la revista Apoyo; fue jefe del Departamento de Conservación de la Galería de Arte Nacional, encargado de la planificación y puesta en marcha del programa de preservación de 5.000 obras de arte de la colección permanente, diseño y coordinación del Gabinete de Dibujos, estampas y Fotografías de la institución; asesor en el programa de conservación de fotografías y obras de arte sobre papel de la Colección Ignacio Oberto y Valentina Oberto; diseñador y coordinador de un programa de conservación preventiva de la colección de 1.775 libros raros y antiguos del Banco Central de Venezuela; encargado de la implementación de un programa de preservación y formación de técnicos en conservación preventiva del Museo de Artes Visuales Alejandro Otero.
Pero el desempeño laboral no es lo único, también la investigación y el diseño han ocupado su tiempo: diseñó una injertada mecánica de pulpa, Fe-Carter, durante su estadía en la Biblioteca de Washington; el estudio y desarrollo de técnicas de conservación para reencuadernar libros en pergamino flexible característicos de los siglos XVI, XVII y XVIII, en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.; diseñó la caja "Paraguay" y elementos protectores para obras de arte, libros y manuscritos; elaboró e implementó el Programa de Conservación Preventiva de Objetos Etnográficos del Fundef; ha sido el diseñador y ha desarrollado el Programa de Conservación y de Registro del Museo Carlos Cruz Diez; desarrolló e implementó el Programa de Conservación Preventiva del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas.
En la docencia se ha desempeñado en la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la UCV; la Biblioteca Nacional; la Galería de Arte Nacional; así como varias instituciones de América Latina en seminarios, charlas y conferencias.
En fin, si de preparación se trata Alvaro González cuenta con un aval reconocido, no sólo en Venezuela sino en América Latina toda.
El taller
Su estudio en Caracas, Centro de Conservación Index, cuenta con la participación de varios especialistas como Luis Mujica y Lídice Ramos, en el área de conservación de papel, y Eleonora Gómez Bas, en la conservación de libros. Desde allí, coordinan una serie de trabajos e investigaciones que incluyen la docencia, a objeto de actuar también como agentes multiplicadores del oficio.
Cuando habla de su trabajo se emociona y agolpa las palabras una tras otra, como en un afán de dar a conocer las maravillas de su arte.
"Esto un estudio de la conservación del papel y libros. Es una formación integral, todo lo relacionado con el papel para escribir, para la fotografía, para dibujar, para pintar. Todo lo que significa el papel. Y el libro como un instrumento tridimensional aparte, es decir, que uno lo estudia también porque tiene otras características. Uno se forma como conservador de libro y papel. Después, dentro de esa rama, uno se especializa en diferentes áreas, en papel contemporáneo, otros se especializan en libros medievales, todo lo que implica la gran rama del libro. Yo hice mi especialidad en libros en pergamino, libros del siglo XVI hasta el XIX, libros que tienen que ver con nuestra cultura, nuestra relación. Lo quise así y no, por ejemplo, libros alemanes del siglo XII, porque no es algo próximo a mí".
Explica que el estudio abarca todo lo que es la historia del papel, composición química, las artes sobre papel, todas las técnicas gráficas, dibujo, "uno se forma en todas esas áreas y se especializa para restaurar, hacer tratamiento".
El Centro de Conservación Index se divide en tres áreas: preservación, donde se hace trabajo preventivo, se hacen los montajes, los paspartú, los estuches, encapsulación, es decir, cápsulas para guardar los documentos. Laboratorio, donde se hace tratamiento, lavado, reintegraciones de papeles. Libros raros y obras de arte, donde se le dan todos los cuidados que ameritan para su mantenimiento y conservación.
Por cierto, González actualmente se encuentra experimentando una máquina para lavar libros diseñada por él, porque aunque pudiera sonar extraño, lo libros pueden requerir el ser lavados a fin de eliminarles sucio, manchas, acidez. La característica principal de su invento es la no utilización de químicos. Sólo una burbuja de aire y agua filtrada.
En el laboratorio puede uno encontrarse con todo tipo de objetos, como una mesa ultrasónica para limpieza de obras de arte, que facilita la limpieza de éstas sin tener que mojarlas.
- En Venezuela hay donde estudiar esto. ¿Qué hace la gente que quiera especializarse en la materia?
- No, no hay programas de formación formalmente establecidos con pensa académicos para crear programas de conservación. Actualmente estamos trabajando con la Fundación Polar, que está muy interesada y ha sido un poco mi patrocinador, en el sentido de mi formación. Está muy interesada en mi proyecto y vamos a abrir un programa de formación, lo vamos a llevar a experimental, después lo vamos a llevar a una institución académica que se dedique a formar gente. Aquí tenemos todas las áreas para cubrirlas.
La Fundación Polar ha estado conversando conmigo desde hace un año. Yo le hago proyectos. Ellos me han mandado pasantes y están muy interesados en esa parte. Yo dependo de varias organizaciones y fundaciones que tienen colecciones. Y los he convencido, por sus colecciones y su interés por conservar.
- ¿Tú trabajas sólo en la conservación o también en la elaboración de papel?
- Aquí hacemos papel, tenemos todos los mecanismos para ello. He hecho papeles para artistas. Tenemos la rejilla, la fabricamos nosotros mismos. Yo he tratado de implementar todo el proceso de la historia del papel, de sus técnicas artesanales, manuales, para que el estudiante pueda conocer todo. Estamos trabajando con las tintas también, todo el proceso completo.
- ¿Te has convertido en multiplicador del asunto?
- Si he dado cursos, he formado en proyectos, trabajo con estudiantes siempre. En la Galería de Arte Nacional cuando llegué en el 92, hice el proyecto del Gabinete de Dibujos y Estampas, el cual permanece hasta el presente. Allí se trabajó con estudiantes. En Maracay hice un proyecto también con el Museo de Arte de Maracay, se hizo también un Gabinete de Dibujo y Estampa. Hice todo el proyecto del papel del Museo Carlos Cruz Diez, que es el museo del papel. Hice todo el proyecto de conservación, lo estamos armando con todas las dificultades que el museo tiene.
El proceso
Alvaro prefiere mostrar a decir qué es los que hace y cómo lo hace. Nos muestra una rejilla fabricada por ellos mismos que sirve para la elaboración del papel. La hicieron basándose en los libros donde se narra la historia del papel, utilizando las técnicas de los siglos XVI y XVII.
- ¿Cómo se hace el papel?
- El papel se disuelve, se licúa, en una tina con agua y lo cuelas y le das la forma y sale exactamente como lo querías.
-¿Cuál es la materia prima?
- Algodón, lino, fibra de papel. Yo reciclo mucho los cartones libres de ácido. Reciclo cartones, papeles buenos, los pongo a macerar y hago papel de nuevo. Eso se mete en una tina. Y a lo que se filtra sale la lámina.
- ¿ Cuáles son los peligros principales del papel?
- La humedad, la temperatura, los insectos, los incendios, todo. El papel es como uno, orgánico, sensible a todas las cosas naturales y artificiales a que está expuesto. Es como las personas. Si tiene luz se daña, si tiene mucha humedad, le sale hongos, si tiene insectos se lo comen, si está mal puesto se ensucia. Es un material sensible a todas las cosas que tú te puedas imaginar que le pueden hacer daño.
- ¿Y si un artista quiere usar tus papeles?
- Aquí hicimos trabajos con Valerie Walter, ella hizo una obra para la bienal de grabado, hicimos todo el papel, hicimos la forma, ese fue un trabajo de artistas.
Los papeles buenos son muy costosos y en el mercado hay industrias que lo hacen. Yo hago papel para un artista porque me lo pide de una manera específica, porque lo quiere hacer de determinada manera. Pero yo no me voy a poner a fabricar papel libre de ácido para vender en las tiendas porque el costo es muy grande. Sale mucho más barato comprarlo en una tienda en los Estados Unidos que comprarlo aquí.
La conservación
Por todos los rincones de Index es fácil encontrarse con obras de artistas en proceso de conservación y restauración.
Trabajos de Ana María Mazzei, Alejandro Otero, fotografías y hasta unos daguerrotipos a los cuales está reconstruyéndoles las cajitas. Por supuesto, no pueden faltar los libros.
- Aquí estamos trabajando con libros que pertenecen a la colección de la Fundación Polar, unos protocolos que pidieron restaurar porque estaban muy mal encuadernados. Son encuadernaciones que no tienen relación con los contenidos.
Son unos protocolos de 1818 adquiridos por ellos, los limpiamos y ahora yo les hice esta encuadernación en pergamino, las letras hechas a mano, caligráficas. Esto es ensamblado. Yo lo que hice fue hacer tres volúmenes de un solo libro.
- Mucho de este papel que tú haces es usado por artistas para sus obras de arte ¿Cuál es la garantía de conservación, de durabilidad de las obras en papel?
- Yo hago un papel en fibra de algodón, se le hace una carga de carbonato de calcio para que no tenga residuos de licnina, que es una sustancia que traen todas las pastas de las maderas y que es lo que pone amarillo al papel. Son papeles muy limpios, se van lavando hasta que quede un papel neutro.
- El usuario común que tenga obras de arte en papel en su casa ¿cuáles son los cuidados mínimos que debe tener para conservar sus obras?
- Primero, si es una obra en papel, tiene que velar por el montaje, el enmarcado que se le haga, que tiene ser realizado con materiales buenos, con cartones libres de ácido, pegados con adhesivos neutros. Utilizar flexi-glass o vidrios con filtros ultravioletas. Eso es un aspecto inmediato. Eso es lo que tú haces cuando tienes una obra y la mandas a montar. Por allí empiezas.
Cuando ya esta enmarcada, y la llevas a tu casa, tienes que tener cuidado que no le incida mucha luz, que esté expuesta mucho tiempo en una ventana, que no le pegue la luz directamente por mucho tiempo. Tiene que ser una parte muy tenue. No permitir que la humedad aumente dentro de la sala donde se encuentre. Esas son medidas muy básicas. Las obras de papel no pueden estar expuestas muchos años en el mismo lugar, hay que rotarlas. Se pueden dañar. Se guardan porque mucho tiempo expuestas.
- ¿Cada cuanto tiempo debo hacer esto de rotarlas?
- Yo creo que cada seis meses. Guardarlas un poco en una planera, en un espacio donde no esté en contacto con insectos, ni luz. Eso es un aspecto básico. Hoy en día el enmarcado de obras de arte es muy común, no es difícil de hacerlo y se puede hacer en cualquier lado.
- ¿Qué diferencia a las obras de arte en papel de otras técnicas como el óleo, en durabilidad y facilidades conservación?
- Bueno, la obra en papel dura, siempre y cuando sea realizada en materiales buenos. El óleo es mucho más permanente y puede durar todos los años del mundo. Un papel puede durar lo mismo que un óleo o más, siempre y cuando esté en buenas condiciones.
-¿Con la fotografía es el mismo procedimiento que con el papel o es otro tipo de trabajo?
- La conservación de la fotografía es mucho más compleja. Yo lo que hago es hasta un punto de limpieza, las monto bien para que no se sigan dañando. El proceso químico de tratamiento de una fotografía es mucho más complejo si se quiere, requiere una especialización, y hay muy poca gente en el mundo que lo hace. Yo lo que hago es prevención, las limpio, las monto si están en un cartón malo, pero llevarla químicamente no.
-¿Como usuario qué cuidados debo tener para preservar las fotografías?
- La fotografía tienes que protegerla primero, de la humedad, que es su daño severo, porque la gelatina se disuelve y le cae mucho hongo, es mucho más sensible porque es un material mucho más orgánico que el papel. Tú sabes que la gelatina de la fotografía es animal, como la gelatina de comer. Es mucho más sensible a los insectos. La humedad y el calor, pero la humedad es la parte que más hay que cuidar con las fotografías, la humedad de la temperatura.
- ¿Como hace el usuario que no conoce de estas cosas para saber que una obra que adquiere está hecha sobre un buen papel?
- El artista cuando vende una obra le dice al comprador el tipo de papel que usó. Los artistas no pueden tampoco limitarse porque el arte es muy libre. Antiguamente los artistas trabajaban en el único papel que había, que era papel bueno. Las obras antiguas siempre duran. (Muestra algunos libros) Esta obra tiene 200 años, y ahora tú puedes encontrar un papel que en diez años no sirve. Antiguamente los papeles eran buenos, y gracias a eso, permanecen las obras de arte.
Esto puede durar trescientos años.
- ¿Es decir que estamos ante un grave peligro con las nuevas ediciones que salen?
- Todo eso. Hace pocos años, en el '91, no recuerdo bien la fecha, el Gobierno de los Estados Unidos hizo una Ley en el Congreso que la promulgó el presidente Bush, creo, que prohibió terminantemente que los documentos oficiales fueran hechos en papeles malos, papel bond de este común, por ejemplo. Ahora están pidiendo también, que ediciones especiales sean en papeles permanentes. Porque hoy en día se fabrican papeles permanentes buenos. Pero ya eso en los Estados Unidos es normal, papel bond permanente bueno.
El clima
- ¿El clima venezolano es malo o bueno para la preservación de las obras?
- Es un mal clima, es un desastre.
- ¿Cuál es el clima ideal?
- No existe clima ideal, es decir, el clima ideal natural, porque si estás en Europa y hace mucho frío también se dañan. Y si estás en el trópico y llueve mucho, la humedad las ataca. El problema aquí es que está más propenso a que se deterioren más porque nosotros tenemos, por el clima, poca protección. No tenemos que estar encerrados, ni todas las áreas tienen aire acondicionado, ni calefacción. En los EE. UU. y en Europa es obvio lo que es la preservación, porque en invierno pones calefacción y humidificas si está muy seco, ya los sistemas de calefacción contemporánea no son los mismos de antes que eran leña, calderas, carbón. Hoy en día hay otros sistemas, entonces las obras están allá más propensas a conservarse que en el trópico. En el trópico tú pones una cosa aquí mañana le sale hongo, aquí estamos abiertos, aquí no estamos encerrados ni tenemos control. La humedad relativamente alta y el calor son enemigos número uno.
El boom
- A Zulay Herrera la catalogan como la pionera del papel artesanal. Desde allí se ha desatado un boom en el país. En todas partes se ve. ¿Cómo ves este fenómeno?
- Yo creo que hay aspecto interesante porque se empieza a conocer un poco. Llevar a una gran población la evolución del papel, cómo se hace, cómo se fabrica en todos sus aspectos.
Son papeles más decorativos. No son papeles realmente con características de conservación. Para hacer papel se necesitan unas características específicas. Son papeles para dibujar, decorativos, para un público específico. No es un papel para hacer ciertas cosas pues tiene características alcalinas.
Es importante todo el trabajo que Zulay Herrera ha hecho de enseñar las técnicas del papel. Eso es un proceso que se va purificando. Yo creo que hoy en día ella está haciendo un papel mucho mejor, papeles con mejor calidad. Yo tengo una impresión de un papel de ella. Esto es un proceso largo y ella ha hecho un aporte a toda esa historia del papel que es importante. Es fundamental todo lo que aportemos pues sirve para generar la cultura de la conservación que no tenemos.
El gran peligro
Alvaro González advierte sobre el gran peligro que se tiene en el país. Refiere que los archivos nacionales están en peligro de desaparecer. La falta de conciencia del Estado acerca de la importancia de preservar toda la documentación y libros que constituyen la memoria de la nación, es un problema al que hay que hacerle frente.
- Todos los archivos históricos del país se están perdiendo.
Todos en general, la mayoría: los archivos nacionales, los archivos parroquiales, los municipales. Todo eso está en vías de desaparición.
- ¿Hay conciencia en Venezuela de lo que se tiene en los archivos de la nación?
- No, no hay. Tú vas a los archivos nacionales y ves que no existe conciencia. Los archivos nacionales de un país son la historia y ese es un problema de Estado. Eso yo lo he dicho siempre. Ese es un problema como cualquier otro, como la salud, porque es la nación y es un aspecto que hay proteger, difundirlo para que la gente lea eso. Unos archivos en mal estado no permiten la investigación. Actualmente estamos trabajando con un grupo en los Estados Unidos. Vamos a tratar de impulsar y fomentar el rescate de los archivos históricos de los países latinoamericanos. Yo pertenezco a una asociación y estamos trabajando en eso, porque es lamentable.
Estamos haciendo un grupo de papel. Hay un grupo en Venezuela que estamos trabajando para unirnos a los grupos de Chile, de Bolivia, Santo Domingo, el Caribe, toda latinoamericana.
Estamos haciendo un grupo bien interesante para hacer un foro para la conservación. Creo que lo vamos a lanzar el año que viene, si Dios quiere. Estamos buscando los fondos, patrocinadores, porque necesitamos reunirnos y definir qué va a pasar con toda la historia de los países.
- Habrá que hacer un inventario, porque ¿se sabe que hay allí en esos archivos?
- Normalmente no se sabe. Sobre todo porque no se investiga y no se va a un proceso en que el Estado asuma que eso es importante. Una de las cosas que tienen los países desarrollados, por ejemplo los Estados Unidos, es que la historia de ellos es prioridad número uno. Igual que la salud y todo lo demás. Además la conservación es generador de empleo, de investigaciones, de cultura. Es como un gran instrumento para que un país pueda existir. Yo vi documentos hace 15 años en los archivos de la nación que hoy en día no existen. Se desintegraron. Y así está pasando en todo el país. A mi me llaman de todo el país.
- Por tu experiencia, en el caso venezolano, de no actuar pronto ¿qué vida le das a la documentación del país?
- Bueno, poco tiempo. Bueno yo ahora, gracias a un cambio mío de actitud, estoy tratando de convencer a instituciones privadas para fomentar la conservación. De hecho lo estoy haciendo con la Fundación Polar, con la Fundación Banco Mercantil, con la Fundación Cisneros.
- Es decir, que hay gente a la que le interesa.
- Sí. Hay grupo de personas que hemos estado, y está interesada. Estamos tratando de buscar recursos y apoyo.
- La apatía no es total.
- No. Yo creo que hay gente en el mundo privado que está interesada en apoyar de alguna manera todos esos aspectos de la conservación. Yo estoy convencido de sí, hay coleccionistas, está Ignacio Oberto que también nos ha apoyado. Sagrario Pérez Soto, otra coleccionista interesada en la conservación. Hay un grupo que tú estás viendo, que uno se le va metiendo y están convencidos que sí hay que hacer cosas.
Son personas que van a aportar en un momento dado, recursos, ideas para fomentar la conservación del papel y el libro que están en vías de desaparición. Ahora voy a hacer el proyecto de la colección del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber.
Están muy interesados en rescatar todo el patrimonio del museo en la parte de papel. Tengo ya 7 años tratando con instituciones. Voy con la Cooperación Andina de Fomento, CAF, que también se está convenciendo. Hay Bancos fundaciones a la que hay que decirle, mire tenemos estas cosas y hay que hacerlo.
No es sólo dinero
- La Biblioteca Nacional tiene una muestra de libros raros.
Ahora, están todos los libros raros conservados. La BN que sería la institución insignia en este caso, está haciendo un trabajo idóneo con eso? ¿Están los documentos de la BN preservados como debe ser?
- Yo creo que ellos han hecho un trabajo interesante. Yo trabajé muchos años en la Biblioteca Nacional y fui miembro fundador del Centro de Conservación. Iniciamos un proceso. Yo me retiré hace 14 años. Pienso que deben estar haciendo cosas, lo que pasa es que la labor de la conservación es muy grande y tiene que ser una política muy concreta sobre proyectos muy específicos para que eso se pueda hacer. Dedicarle, tiempo, recursos humanos, más que recursos económicos, porque en los libros, bueno adquirimos tecnología y compramos computadoras, pero aquí, esto hay que hacerlo con las manos, los estuches, encuadernar un libro. Las manos son lo más importante, es como un cirujano, no hay máquina que te abra un corazón. Habrá máquinas que te hagan ver el corazón pero hay que meterle la mano, como a los libros. A los que hay que desarmar hoja por hoja, coserlo de nuevo con una costura de conservación. Costuras descritas por todos los especialistas de libros antiguos, que han hecho estudios sobre las encuadernaciones medievales. Uno se basa en todo un proceso de investigación.
Uno no está improvisando. Hay tipos (muestra un libro) que se han dedicado a describir todas las cabezadas. Estudios. Estos son libros del siglo XV, son libros de verdad. Cuando voy a hacer un trabajo voy a las fuentes, Uno no puede inventar, lo que ya está inventado.
- ¿Con qué lo coses?
- Con hilo de algodón, hilo de lino, importando de Inglaterra.
- Un hilo especialmente fabricado para esta labor.
- Sí, para esta labor. Todavía hay industrias en Inglaterra, en Italia, donde se hacen estas cosas. Lo único que yo implementé aquí ahora, que yo lo introduje como un aporte de lo que yo he conseguido, es que hago las encuadernaciones con pergaminos nacionales. Este libro (lo muestra) tú lo llevas a los Estados Unidos y no saben que este es un pergamino hecho en Barquisimeto. Esto es de un chivito, mira los alambres de púas aquí por donde pasó. Yo lo conseguí porque ellos lo fabrican para hacer tambores para los percusionistas de salsa.
- Tú hablaste del mundo de la computación y la cibernética.
¿No corre peligro todo esto?
- Lo que pasa con la tecnología es que la gente que trabaja en las instituciones se está abocando a eso, y el tiempo que pierden tratando de aprender e implementar todas esas cosas, van dejando descuidado la atención a los objetos.
Yo he hecho trabajos en Paraguay, rescaté el Archivo de Paraguay. Hice varios proyectos con la OEA y la Unesco en Guatemala, en Chile, porque yo he estado viajando por toda América del Sur, enseñando técnicas de conservación. La idea que tiene todo el mundo es que hay comprar equipos, escaner, computadoras. Les advierto que en eso no consiste el trabajo de conservación. Yo quiero que la gente agarre los libros de las estanterías y con una regla, hilo y aguja proceda a arreglarlo, y está salvando un documento importantísimo. En eso es lo que insisto. Pongo por ejemplo los Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso, donde se tiene la tecnología más avanzada en la conservación, los laboratorios de investigaciones científicas más importantes, pero también cuentan con los artesanos más importantes. Eso es lo importante, porque el libro no necesita máquinas.
- ¿El libro va a desaparecer?
- No, lo que se puede es descuidar con la tecnología. Hay que hacer esfuerzos como hacer talleres, enseñar a la gente lo que tiene que hacer, como fabricarle cajas a los archivos, limpiarlos.
Alvaro González finaliza el encuentro advirtiendo nuevamente acerca del peligro que corren nuestro archivos históricos, indicando que se trata de desidia más que cualquier otra cosa, pues a nivel de recursos económicos, la conservación es barata, no requiere de aparatos costosos. ES sólo cuestión de voluntad y conciencia.
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