Publicado el: 18/08/2009 / Leido: 5649 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
Autor Silvina Premat
LA NACION
La reciente renuncia del director del Archivo General de la Nación, José Luis Moreno, dispuesta por el Ministerio del Interior, dejó a muchos historiadores preocupados y en pie de guerra. Afirman que ese organismo, vital para la investigación, volverá a ser "ninguneado", como ha ocurrido durante décadas.
Más de 400 profesionales expresaron su preocupación por el destino del Archivo General y el grave deterioro del patrimonio documental causado por invasión de ratas y filtraciones de agua. Lo hicieron en una carta en la que, además, apoyan la gestión de Moreno, al que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, le pidió la renuncia por haberse negado a avalar un programa de digitalización de audio, videos y fotos por seis millones de pesos, al no considerarlo prioritario.
Moreno, historiador con más de 40 años de actividad, será reemplazado por Juan Pablo Zabala, un joven sociólogo investigador del Conicet y docente en la Universidad de Quilmes. En diálogo con LA NACION, Moreno dijo que "durante la gestión del ministro Randazzo la situación del Archivo General de la Nación empeoró" y que "en este momento [había] una invasión de ratas por incumplimiento del contrato de la empresa fumigadora que, sospechosamente, a pesar de no hacer bien su trabajo, siempre [ganaba] las licitaciones".
También denunció: "La inoperancia del Ministerio del Interior" omitió autorizar acciones para reducir los efectos fatales de las reiteradas filtraciones de agua de lluvia, de la red cloacal y de agua potable sobre el valioso patrimonio documental del Archivo.
"La situación del Archivo General es preocupante", dicen los firmantes de la carta, entre los que figuran Roberto Cortés Conde, Ezequiel Gallo, Fernando Rocchi, Hilda Sábato, Jorge Gelman, José Carlos Chiaramonte y Luis Alberto Romero. "El creciente deterioro de las condiciones edilicias, reiteradamente señaladas por el licenciado Moreno, pone en riesgo la guarda y conservación de los documentos que le han sido confiados y que son vitales para la comprensión y estudio de nuestra historia", según afirman los investigadores.
Moreno había sido designado en 2007 por el entonces titular de la cartera de Interior, Aníbal Fernández, según sugerencia de los propios historiadores, que ahora se muestran inquietos por "la desidia" con la que las actuales autoridades de ese ministerio encaran la gestión del Archivo General.
Varios historiadores consultados por LA NACION coincidieron en que la "desidia" fue la actitud casi permanente de los diferentes gobiernos en relación con el organismo.
"En contadas ocasiones, hubo una decisión de prestar atención al Archivo y una de esas veces fue cuando se nombró a Moreno", dijo Jorge Gelman, investigador principal del Conicet en el Instituto Ravignani y ex presidente de la Asociación Argentina de Historia Económica.
"Esa designación fue algo excepcional. Lo que pasó ahora es una vuelta radical a las peores épocas del Archivo, un retorno a la norma en la cual a nadie le importa nada, y se considera al organismo un lugar para premiar a gente cercana al Gobierno sin conocimiento ni interés de lo que allí pasa", agregó Gelman.
Puesto político
Luis Alberto Romero, también investigador del Conicet y director del Centro de Estudios de Historia Política, de la Universidad Nacional de General San Martín, coincidió con su colega. "La designación de un historiador al frente del Archivo fue una excepción, dado que generalmente el lugar es considerado un puesto político", dijo. Y destacó que en la gestión de Moreno se notó una preocupación por lo profesional y por los problemas del archivo como un sitio para los investigadores.
"Otros directores anteriores no lo concibieron así, sino como un lugar para hacer conferencias, sin tener en cuenta el cuidado del acervo histórico", dijo Romero.
Moreno contó que no autorizó la realización de un programa propuesto por Interior para la digitalización de cine, audio, video y fotografía, por un total de seis millones de pesos porque "no responde ni técnica ni metodológicamente a los estándares internacionales de digitalización, además de no ser prioritario frente a los miles de documentos en soporte papel que corren serio riesgo de destrucción". Advirtió: "Se equivocan porque lo prioritario es limpiar y sacar copias de las películas que tiene el Archivo y que, según averiguamos, cuesta un poco más de US$ 100.000".
Otros firmantes del apoyo a la gestión de Moreno son Adrián Gorelik, Alejandro Cattaruzza, Beatriz Bragoni, Carlos Sempat, Darío Barriera, Diana Epstein, Donna Guy, Dora Barrancos, Eduardo Zimmermann, Eduardo Miguez, Juan Carlos Garavaglia, Fernando Aliata, Laura Malosetti Costa, Luis Priamo, Marta Goldberg, Miguel Murmis, Noemí Goldman, Osvaldo Barsky, Raúl José Mandrini y Silvia Palomeque.