Publicado el: 26/10/2020 / Leido: 9648 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
"El original de cada documento es único", coinciden las entrevistadas. Crédito: Flavio Raina
Por Nancy Balza
Documentos, carpetas, cuadernos, biblioratos. O, mejor, una caja con papeles guardada en un estante. Esa es la imagen que se nos representa cuando pensamos en un archivo y tal vez así se materialice en tantos hogares. Una o varias cajas, muchísimas en una oficina; cientos, ¿miles? en una institución pública. ¿Qué son esos papeles? ¿Quién decidió guardarlos y a quién habrán sido destinados? ¿Qué cuentan? Por lo que cuentan, ¿es necesario mantenerlos encerrados entre cartón o merecen ser mostrados? ¿O descartados? En cualquier caso, ¿quién decide sobre su valor?
"Desde que nacemos hasta que morimos generamos archivos", dice Mariela Peña que es Técnica en Archivería, así que puede responder a todas o muchas de las preguntas iniciales. Eso si piden su opinión o, dicho de otro modo, si facilitan la intervención de profesionales en una materia tan delicada como es el arte de valorar, clasificar y guardar (o tirar) archivos.
Hasta hace unos meses, Peña estuvo trabajando en la clasificación del archivo personal de José "Pepe" Serra antes de que las cajas con documentos, libros y cuadernos del ex sacerdote, fallecido en 2016 viajen al Conicet para su organización y futura exposición sobre el movimiento de los curas tercermundistas.
Ese fue el caso de un archivo personal. El momento actual la ubica en la sede de Acción Educativa organizando un archivo institucional, tarea que comparte con Antonela Pizarro. Las dos cursan distintos tramos de la carrera de Archivística en el Instituto Superior Nª 12 Gastón Gori, el único de la provincia en ofrecer esa formación.
"Esto -dice Peña- mientras señala las cajas que están contra una pared, no es el archivo; es un espacio que espera recibir tratamiento archivístico. Pero estamos en un proyecto para poder organizarlo".
Antonela Pizarro y Mariela Peña en Acción Educativa. Detrás, la materia prima para la reapertura del Centro Documental "Paulo Freire". Foto: Flavio Raina
- Empecemos por el principio, ¿la primera tarea es "hurgar" entre papeles?
Pizarro: - Entre papeles y en lo que es la institución. El mapa inicial, el "mapa del tesoro" es la estructura orgánica de esa institución, cómo funciona, si está dividida en sectores. El principio del trabajo es la historia, cómo nace y cómo genera documentos ese espacio.
Peña: - A través de la estructura orgánica se dimensiona el volumen documental y ahí se empieza a indagar. Es necesario hacer un estudio de campo antes de meterse en los archivos. Y si se trata de una empresa del Estado es todo un mundo porque hay que profundizar, también, en la legislación que la regula.
- ¿Cómo trabajan en un archivo personal donde no hay un "mundo" por clasificar como en una institución?
Pizarro: - La formación no acentúa mucho en los archivos personales porque hay un camino que todavía se está recorriendo y hay normativas archivísticas que no se adaptan a los archivos personales. Entonces, hay que ser creativo y poner la impronta propia.
- Hay que "sentar jurisprudencia", dirían los abogados.
Peña: - A falta de una estructura orgánica, encontré que en el currículum de la persona es donde me pude parar y empezar a indagar. Una persona va acumulando archivos a través de los años y todo se coloca donde hay espacio. A veces, en un archivo personal el investigador no busca la totalidad del material, sino el que corresponde a un período.
- ¿Para qué es convocada una persona experta en archivística?
Pizarro: - Si no se aplica tratamiento a los documentos van a terminar como se los imagina en general: como papeles tirados. En cambio, al llamar a un archivero se les puede dar valor agregado, porque puede haber información valiosa para la persona y su círculo, pero también para la sociedad. Por ejemplo, que una carta describa cómo era una casa años atrás puede tener valor para la historia urbanística de una comunidad.
Peña: - El original de cada documento es único, tiene información exclusiva que no se encuentra en otra fuente documental
- ¿Qué documento tiene valor para ustedes?
Mariela: - Una carta o un folleto también podría tener valor. Hay que ver qué características tiene y qué función cumple ese documento para la persona, dentro de la institución o para la sociedad. Acá -señala sobre la mesa- está el programa del Segundo Encuentro Regional de Mujeres de Santa Fe, en 1992, que innegablemente tiene valor documental.
- Hay bibliotecas personales protegidas, ¿ocurre lo mismo con los archivos?
Peña: - La gente suele confundir: la biblioteca es el producto del saber pero ese saber tiene que salir de algún lado; y en los archivos está el documento único que tiene ese valor que le da al libro la veracidad de lo que cuenta. Los archivos constituyen una de las fuentes de información necesaria para relatar los hechos que describen los libros
Pizarro: - Siempre nos llaman cuando es urgente y nosotros explicamos que, mejor que actuar en las urgencias, es tener un archivo organizado.
- ¿Cuándo las llaman?
Peña: - En general, cuando no hay más espacio. Es cuando comenzamos a dialogar con la entidad sobre la importancia de organizar el archivo. Nos reconforta saber que una institución nos convoca porque, aún en ese punto límite, se toma conciencia de la importancia de la gestión documental archivística.
- El resultado de su intervención en ningún momento es tirar los papeles, sino ordenarlos.
Pizarro: - A raíz del procedimiento de valoración documental y de los plazos de conservación que se establecen, se resuelve que no todo se guarde, ni todo se elimine, eso sería imposible.
Peña: - De acuerdo a la institución y su producción documental se elabora una tabla de valoración con las series documentales que produce y se estipula un plazo de guarda y un plazo precaucional, que es un extra por si alguien reclama ese derecho al documento.
- Archivos e informática se complementan.
Pizarro: - Ojalá que lo empecemos a ver así. En la Argentina la gestión electrónica está avanzando sin tener en cuenta a profesionales que manejan estas técnicas de archivo. Estamos confiando estos documentos que, en algunos casos sostienen derechos, a una máquina sin tener en cuenta lo que podríamos sumar quienes nos formamos en esta materia.
Peña: - La despapelización no es posible. Nuestros centenares de historia están en papel. Avancemos complementariamente con lo digital, pero siempre con principios archivísticos, para que las futuras generaciones puedan conocer y reconstruir con esas bases nuestra realidad actual.
- ¿Cómo sería un trabajo permanente de una persona cuando ya terminó su tarea de archivo en una institución?
Pizarro: - Nunca termina. Una vez que se identifica, se clasifica y se ordena, hay que describir y valorar, luego se puede proponer digitalizar, se organizan exposiciones a partir de un suceso. Un archivo tiene potencialidades infinitas.
Peña: - Además se puede compartir esa información acerca de cómo se logró avanzar en ese archivo y también tenemos intercambios en jornadas, congresos, seminarios. Nos podemos conectar con otras disciplinas y trabajar a la par. Entendemos que sin la interdisciplinariedad no hay avances. Y siempre hay nuevas investigaciones que nos abren los ojos sobre lo que se está haciendo en otros lugares. Y se sigue estudiando porque nunca se deja de aprender.
Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/264851-busqueda-en-los-archivos-entre-el-curriculum-y-el-mapa-del-tesoro-el-sustento-de-la-historia-area-metropolitana.html&utm_medium=whatsapp]
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