Héctor Jaime Treviño, nuevo titular de la oficina estatal, buscará apoyo de IP para rescatar espacio.
Daniel Santiago
Si al asumir como Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez dijo el sábado por la noche que le entregaron una "casa sucia", en el caso del Archivo General del Estado, esto es literal.
"Está en graves problemas", afirmó ayer en entrevista Héctor Jaime Treviño Villarreal, nuevo director de la oficina estatal ubicada debajo de la Macroplaza.
"Hay humedades, hay que retirar una jardinera arriba, hay que invertirle para hacerlo de nuevo habitable para los documentos y para la misma gente, para que no atente contra su salud".
Lo más urgente es dignificar físicamente el edificio ubicado en Juan Ignacio Ramón y Zaragoza, tanto para los 55 millones de documentos oficiales, como actas civiles que se calcula que ahí se guardan, como para las 40 personas que ahí laboran.
La oficina, que depende de la Secretaría General de Gobierno, lleva años de abandono.
Cuando se acerca la temporada de lluvias, las cubetas ya están listas para las decenas de goteras que se registran y que amenazan al tesoro en papel de los nuevoleoneses.
No hay siquiera artículos para la limpieza, reconoció Treviño Villarreal, quien el martes tomó protesta como parte del Gabinete estatal.
Consciente de que no hay recursos públicos para el titánico rescate, el historiador buscará apoyo de la iniciativa privada.
Pero no todo es cuestión de dinero, también hay que cambiar la percepción del Archivo, al retomar su vocación cultural con talleres, publicación de libros y difusión de la historia de Nuevo León.
"El archivo no puede considerarse el ?patito feo? de la administración, no es un depósito de viejos papeles", dijo el ex director del INAH Nuevo León.
Además, de su buen funcionamiento depende que los ciudadanos hagan uso de su derecho a la Transparencia, que exige archivos ordenados, apuntó Treviño Villarreal.
"Si un funcionario no da la información o no la encuentra, puede ser motivo de acusación penal", comentó.
"Todas las oficinas de Gobierno tienen la obligación de arreglar su archivo y trasladarlo al Archivo General del Estado, siempre y cuando ya venga depurado".
Las Secretarías del Estado tienen cientos de cajas llenas con documentos sin organizar, dijo Treviño Villarreal, quien además tiene como reto la digitalización.
Por ello, otra acción será llamar al trabajo voluntario para depurar este océano de documentos a estudiantes, jubilados y amantes de la historia, a quienes se les llamará "Custodios Ciudadanos del Archivo del Estado", aseguró.
