Publicado el: 03/01/2009 / Leido: 10801 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
El plano original de la Sagrada Família, en el archivo de Sant Martí.
Fuente: EL PERIÓDICO
ROSARIO FONTOVA
BARCELONA
En Barcelona, además de los grandes archivos históricos y administrativos, donde la documentación se mide por kilómetros lineales de estanterías, funcionan otros nueve que conservan la pequeña memoria de papel generada por los barrios y distritos. Hace ahora 20 años que se abordó un plan de ordenación documental, diseñado por Ramon Alberch, que ha dado buenos resultados y que ha desterrado las antiguas imágenes de papeles sin clasificar infestados de lepismas, arrinconados y sujetos con cordeles. Ahora hay unos 600.000 documentos digitalizados y en el 2011 está previsto llegar a los 800.000. Aunque no sea información oficial o de primera línea, hallamos en los pequeños archivos auténticos hallazgos sobre la historia de Barcelona.
El Arxiu de Sarrià es uno de los mayores y más antiguos. Situado en Vil.la Cecília desde 1991, custodia documentación desde principios del siglo XVIII. En Sarrià se almacena la historia de las montañas que encajonaban a Barcelona, desde la antigua escritura de 1389 con la lista de los cabeza de familia del predio de Vallvidrera.
Transporte urbano
Una acuarela de 1907 evoca el recuerdo del trenecito de Vallvidrera Mina-Grott que en 1908 funcionaba en la montaña de Collserola recorriendo un túnel de menos de un kilómetro. El ferrocarril metropolitano en miniatura no solo fue el primer tren eléctrico de pasajeros de España sino que obtuvo un éxito aplastante: en su primer mes y medio en marcha lo utilizaron 32.000 personas. El tren formaba parte del Lake Walley Park, un parque de atracciones con globos cautivos y un trottoir roulant, parecido a los aeropuertos actuales. El éxito de la instalación --en 1904 se había promulgado la ley del descanso dominical-- provocó un conflicto legal con el propietario del funicular de Vallvidrera y acabó fracasando.
La archivera de Sarrià , Amèlia Poves, muestra una preciosa caja modernista donde se guarda otro proyecto de obras públicas, el ferrocarril funicular entre Sarrià y Vallvidrera que subía por la calle de Anglí. Como otros muchos proyectos nunca llegó a realizarse, pero es un signo de la capacidad emprendedora que latía en el cambio del siglo XX. Los archivos también sirven para que no se olviden los errores. Hay fotos del antiguo ayuntamiento de Sarrià -Sant Gervasi, en la plaza de Frederic Soler, derruido sin contemplaciones en la época de Porcioles.
Cada archivo tiene su propia singularidad, coinciden Joaquim Borrà s, archivero jefe, y Núria Bosom, jefa de coordinación de archivos. En el de Sant Martí conservan un plano original de la Sagrada Família cuya construcción solicitó Josep Maria Bocabella para elevar "un grandioso templo católico para la clase obrera". En el de Nou Barris, uno de los más jóvenes, la documentación de tantas y tantas batallas y reivindicaciones vecinales. En el de Sant Andreu, la historia de la acequia del Rec Comtal. Los responsables de los archivos invitan a que los barceloneses donen documentación de interés que de otro modo se perdería.
Una humilde libretita escrita con letra apretada a lápiz contiene el diario de Francisco Payá Juan, preso en varios campos de concentración de Franco durante la posguerra. Su hija la donó en el año 2004 al archivo de Sant Martí, donde la guardan no como una reliquia sino como un documento para que su historia no se olvide.