Publicado el: 26/05/2013 / Leido: 9465 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
El pasado 8 de mayo falleció, a los 88 años, Geza Vermes, uno de los mejores especialistas en los Manuscritos del Mar Muerto, el Jesús histórico, el judaísmo intertestamentario y los orígenes del cristianismo, campos en los que durante más de sesenta años llevó a cabo investigaciones que jugaron un papel fundamental en el conocimiento de dicho mundo y ejercieron una influencia decisiva en los estudios científicos sobre el tema.
La vida de Geza Vermes estuvo llena de “accidentes providenciales”, título de su autobiografía (1998). Nació en la ciudad húngara de Makó en el seno de una familia judía. La madre era maestra y el padre periodista y poeta. Ambos se convirtieron al catolicismo y bautizaron a su hijo a principios de los años treinta, confiando en que la entrada en la Iglesia católica les protegiera del antisemitismo nazi. Pero —¡vana esperanza!— los padres fueron asesinados en 1944 sin que el hijo llegara a saber dónde ni cómo.
Vermes logró liberarse del Holocausto gracias al apoyo de la Iglesia católica, ingresó en la Orden de los Padres de Nuestra Señora de Sión y fue ordenado sacerdote. Estudió Filosofía y Teología en la universidad de Lovaina, donde se doctoró en 1953 con una tesis pionera sobre los Manuscritos del Mar Muerto, punto de referencia para las investigaciones ulteriores sobre el tema. Desde entonces el nombre de Vermes estuvo vinculado a dichos manuscritos, de los que era considerado uno de principales expertos mundiales. En 1962 apareció su traducción inglesa de los manuscritos, la primera en ese idioma, que cuenta con numerosas ediciones y que fue ampliando en la medida en que se conocían los nuevos manuscritos descubiertos. Los trabajos de Vermes han desempeñado un papel muy importante en las investigaciones y traducciones de especialistas españoles como Antonio G. Lamadrid, Florentino García y Julio Trebolle, entre otros. En 1957 renunció al sacerdocio,y volvió al judaísmo. Fue profesor de Estudios Bíblicos en Kings’ College (que actualmente es la universidad de Newcastle), donde se fraguó su reputación internacional gracias a la citada traducción de los Manuscritos del Mar Muerto y a su obra Escritura y tradición en el judaísmo. De 1965 hasta su jubilación en 1992 ejerció la docencia en la universidad de Oxford como profesor de Estudios Judíos, que se convirtió en disciplina académica con carácter científico.
Uno de sus contribuciones más importantes al estudio de la historia del judaísmo es la modernización de la monumental obra de Emil Schürer Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús (Ediciones Cristiandad, Madrid, 1985), que llevó a cabo junto con Fergus Millar, Mattlew Black y su esposa, Pamela Vermes. La primera edición de esta obra monumental apareció en 1874 y la modernización de Vermes, un siglo después, conserva lo que científicamente sigue vigente e incorpora los descubrimientos a partir de 1910 en lo referente a los textos literarios, papiros, arqueología, numismática, epigrafía, Manuscritos del Mar Muerto, etcétera.
El Jesús histórico es quizá el campo en el que más trabajó e hizo las aportaciones más relevantes de su actividad investigadora. A este tema dedicó numerosas obras. La de más impacto fue Jesús el judío (Muchnik, 1977), que reubica a Jesús de Nazaret en su contexto vital, liberándolo de la cristianización y dogmatización ulteriores. El resultado es una aproximación histórica a Jesús de Nazaret, distorsionado por el mito judío y el mito cristiano, que no fue “ni el Cristo de la Iglesia ni el apóstata y espantajo de la tradición popular judía” (p. 19). La obra, dedicada al estudioso judío del Nuevo Testamento Paul Winter, se abre con una sugerente cita de Martin Buber: “Nosotros los judíos conocemos (a Jesús) de un modo —en los impulsos y emociones de su judeidad esencial— que permanece inaccesible a los gentiles sometidos él”. Creo que Buber y Vermes llevan razón.
Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones en la Universidad Carlos III.
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/26/actualidad/1369525495_005856.html
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