Publicado el: 23/05/2013 / Leido: 9669 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
2013-05-23 04:00:00
Alicia Barnard Amozorrutia
Con la idea de que pese a los avances no será la tecnología la que proporcione las soluciones archivísticas para los acervos electrónicos, sino que serán precisamente los procesos y la metodología de la disciplina las que garantizarán su permanencia, diversos especialistas latinoamericanos forman parte de un proyecto a nivel nacional encabezado por la Red Nacional de Archivos de Instituciones de Educación Superior, que ha derivado en la integración de la colección Formación Archivística.
La publicación número ocho de la serie, titulada Archivos electrónicos. Textos y contextos II, coordinada por Alicia Barnard Amozorrutia, fue presentada el mediodía de ayer en el Archivo Histórico Universitario, ya que fue la Universidad Autónoma de Puebla la encargada de publicar el volumen.
Durante una entrevista con Alicia Barnard, consultora independiente e investigadora reconocida en la disciplina, explicó que los ensayos incluidos en el texto abundan sobre la administración y preservación de los archivos electrónicos, ya que en México existe una carencia de expertos en la materia.
Agregó que ni las instituciones ni los especialistas de áreas como la biblioteconomía o la archivística han comprendido la importancia de establecer “proyectos y controles archivísticos para tener una memoria histórica”.
Barnard Amozorrutia ahondó que lo que se ha hecho como parte del proyecto es buscar autores y textos que a nivel internacional reflexionen sobre la administración de los archivos electrónicos. Esa búsqueda ha reflejado que en su mayoría la reflexión proviene de especialistas de otros países –del Reino Unido y de Estados Unidos, principalmente–, lo que devela la carencia de expertos en lengua castellana.
“No hay profesionales, y ello se debe a que por lo menos tres de las instituciones, una de ellas la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, presentan programas poco novedosos incluso en las materias terminales”.
“En general muchos profesionales salimos de la nada y nos volvemos archivistas en la práctica, por lo que urge una renovación de la currícula académica”.
Agregó que una de las premisas en la disciplina es saber que la intervención de los archivos electrónicos no es un asunto de los expertos en tecnología, ya que es distinto su papel en función del diseño del sistema y los programas virtuales para su buen funcionamiento.
“La archivística es una función transversal en las instituciones, es decir multidisciplinaria. Lamentablemente no se ve así, pues los encargados de los archivos somos vistos como sujetos que están en un rincón junto a una torre de documentos, cuando en realidad somos un activo manejando otros activos que tiene que ver con la memoria”, agregó Alicia Barnard.
Otra cosa que hay que entender, continuó, es que los archivos electrónicos no son acervos tangibles sino “ceros y unos” que deben trabajarse para que en un futuro, tengan la misma posibilidad de ser, a través de esos “ceros y unos”, los mismos documentos que se escribieron por primera vez.
Por último, dijo que otro asunto pendiente es que la Unesco comience a hablar, y sobre todo se proponga proteger, a los primeros archivos digitales como parte del Patrimonio cultural de la Humanidad.
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