Guardianes de la memoria

Publicado el: 20/05/2013 / Leido: 5676 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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Guardianes de la memoria

Los archivistas viven en el pasado, su trabajo es cuidar la memoria para que el olvido no se la devore

La Razón / Édgar Arandia

00:05 / 19 de mayo de 2013

Buscando llegar a mi lugar de trabajo, en la plaza Murillo me topé con la figura de un hombre delgado que soportaba la pertinaz llovizna, en tanto acercaba una lupa a un viejo papel. Estaba tan abstraído que los estruendos de la dinamita no lo sacaban de su lectura. Sólo me lanzó una furtiva mirada por mi proximidad. Me pareció que lo que estaba leyendo era tan importante que, seguramente, lo resguardaría de cualquier riesgo, tal vez era un testamento o una carta. ¡Quién sabe!

En mi escritorio me esperaba el Diccionario Biográfico de Archivistas de Bolivia, cuyo editor es Luis Oporto Ordóñez, director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Los archivistas viven en el pasado, su trabajo es cuidar la memoria de la mejor manera para que el olvido no se la devore. Un pueblo sin memoria es frágil; y sin pasado, no puede mediar ante el futuro. Este diccionario incorpora a los archiveros del incario que no usaban, precisamente, los documentos escritos a la usanza latina occidental, sino con los quipucamayoc y los amautas. Los primeros guardaban la información administrativa, los sucesos climatológicos y de poder en los célebres quipus, una serie de cuerdas que atesoraban la información a través de la simbología de los colores, los nudos de diferentes grosores y otras sutilezas como las fibras de las que estaban hechas las hebras. La manera de “descifrarlos” se perdió, porque el grupo selecto de sabios que se encargaban de hacerlo fue eliminado por los españoles. Toda esta información permitió el fortalecimiento de la Conquista, pues los españoles recurrieron a los datos territoriales y de linaje para desmontar la administración inca y someterla a la corona española.

La memoria oral fue un recurso que funciona hasta hoy entre las culturas originarias. Por eso, la categorización de pueblos ágrafos está en entredicha, toda vez que ahora se reconoce como una forma de inteligencia múltiple a la capacidad memorística para organizar y guardar mentalmente sucesos trascendentes, y transmitirlos de generación en generación. Recurso que permitió, por ejemplo, determinar a través de los rituales los elementos básicos para ir reconstruyendo los andamiajes simbólicos de la religiosidad indígena.

El diccionario también se refiere a los archiveros de la Colonia y su importancia para develar la construcción del Estado boliviano, y el comienzo de la era del papel como el documento más relevante para confrontar el pasado con el presente. Las actas de fundación de las ciudades y otros marcan la impronta colonial que separaba la manera de custodiar la memoria indígena y la colonial. Fruto de esta disociación aparecieron los qilqiris, escribanos y pendolistas con los que lidiaron los jiliris mallkus de las comunidades para establecer derechos a sus territorios.

Entre los datos curiosos está el nombre de Luis Arce Gómez, ministro del Interior del dictador García Meza, ambos vecinos en el penal de Chonchocoro. En el diccionario se destaca lo siguiente: “En 1978 (Arce Gómez) era Jefe del Departamento II de Inteligencia, desde donde apoyó el golpe de Natusch Busch. En diciembre de 1979 tomó por asalto las dependencias del Servicio de Inteligencia del Estado, secuestró su documentación y la trasladó al Gran Cuartel de Miraflores”. Por supuesto que esta información fue destinada para preparar otro golpe militar, en el que marcó con la seña de la muerte a preclaros bolivianos, para eliminarlos y enterarse de las estructuras de las organizaciones sociales y evaluar sus debilidades. La información que recogió fue usada perversamente.

El esfuerzo histórico para la elaboración de este diccionario es ponderable, pues nos permite conocer a los hombres y mujeres que dedicaron su vida a cuidar nuestro pasado, poder ver nuestro presente y avizorar nuestro futuro, sin repetir los pasos en falso de nuestra historia.

http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Guardianes-memoria_0_1835216563.html

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