Publicado el: 17/07/2012 / Leido: 10915 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
Por: ENRIQUE ARRIETA SILVA
Fuente: http://www.elsiglodedurango.com.mx
ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A. C.) se fundó el 9 de mayo de 2003, teniendo el objetivo de impulsar la salvaguarda de la memoria del país, por ello de manera generosa impulsa proyectos que tiene que ver con el rescate, preservación, valoración, investigación, difusión documental y bibliográfica, así como la formación profesional promoviendo cursos y asesorías.
La Dra. Stella María González Cícero, ha desarrollado una importante, eficiente y altruista labor como Directora de ADABI, en todos los lugares del país en donde haya archivos y bibliotecas que sea urgente rescatar del olvido y la destrucción, lo cual me consta personalmente, puesto que aquí en Durango, su manto protector ha llegado hasta el Archivo y Biblioteca del Museo "Ángel Rodríguez Solórzano" de la Universidad Juárez del Estado de Durango y al Archivo Municipal.
Por ello, celebro que en la ciudad de Oaxaca, ADABI, haya efectuado con todo éxito su Segundo Seminario titulado "Encuentros y Reflexiones sobre la Memoria de México", con la asistencia y participación de varios delegados de diversas entidades federativas de la República, quienes firmaron el 27 de abril, las conclusiones que con todo gusto doy a conocer por la importancia que de suyo entrañan, helas aquí a continuación.
Formación general desde autoridades hasta el personal y público usuario, con planes realizados por el propio archivo o biblioteca conforme a su entorno, de modo que dicha formación vaya adecuada a las características y exigencias locales.
Propiciar la capacitación del personal responsable en la elaboración de instrumentos de consulta bajo los lineamientos de archivística.
Participar en la formación de un diplomado multidisciplinario en su integración para beneficio de los archivos y su personal.
Propiciar que entre el personal de las bibliotecas y los archivos exista un "conservador de carrera" que genere políticas en beneficio de la preservación del patrimonio.
Crear un registro y catálogo de instituciones, de talleres y de profesiones, con la finalidad de conocernos y trabajar en conjunto, siguiendo la normatividad de las instituciones rectoras.
Crear un censo de Bibliotecas antiguas y personal que se interesa y ocupa de ellas.
Alimentar el Banco de datos con los catálogos de otras bibliotecas no trabajadas por ADABI.
Aceptar noticias y artículos sobre las bibliotecas que se hagan en el país y fuera de él.
Participación en foros con la finalidad de hacer presencia y dar a conocer los esfuerzos y experiencias en las Bibliotecas.
Continuar con las publicaciones de ADABI con el compromiso de que los diferentes archivos o bibliotecas apoyadas por ADABI difundan el material generado, bajo clausula expresa de convenio.
Incentivar el intercambio bibliográfico de los materiales que generen los archivos o bibliotecas.
Las publicaciones de ADABI tendrán un costo de recuperación simbólico.
Mayor difusión a las publicaciones en espacios no necesariamente institucionales, sino escolares, académicas. Etc.
Talleres de capacitación a nivel de conservación con el fin de unificar criterios establecidos entre la UNAM, INAH y ADABI.
Formar brigadas de voluntarios regionales para conocer el estado de los archivos y bibliotecas, que a la vez informen a las instituciones locales.
Adoptar y adaptar el formato Benchmark para conocer la funcionalidad en los archivos y bibliotecas.
Es necesario crear una "sinergia" para el mejoramiento y activación de las bibliotecas y los archivos; para lo cual se requiere una construcción y visión compartida con pasión, compromiso y entrega.
Hasta no hace mucho, había un descuido extremadamente ruinoso en los archivos oficiales y particulares. Si de archivos particulares se trataba, muerto el autor sus papeles iban a parar a la basura o al interior de un boiler de leña. Si de archivos públicos se trataba los papeles estaban tirados en el suelo a merced de ratas de cuatro y dos patas; en el mejor de los casos olvidados en cajas de cartón sin orden ni concierto, como también a merced de la lluvia o del fuego, como frecuentemente ocurrió en Durango ¿o todavía ocurre? Otras veces no se tuvo cuidado en integrar y conservar un archivo tan necesario para la biografía de instituciones. En el caso de las bibliotecas particulares, muerto el autor, sus descendientes se hacían de los libros de su interés profesional o bien de su interés pecuniario para venderlos en las librerías de viejo. En los casos de las bibliotecas públicas los libros carecían de mantenimiento y de poca funcionalidad, amén que a los empleados no se les brinda la oportunidad de capacitarse para prestar un mejor servicio a los usuarios.
Sin embargo hay que reconocer que de algunos años para acá, en una nada desde la fundación de ADABI, el panorama ha ido cambiando de manera favorable, y ya los archivos no son lo que antes eran, aunque hay que decir que en algunos casos, no están bien resguardados y algunos de sus documentos van a parar a casas particulares o al extranjero.
Pecaría de ingrato, sino hago público reconocimiento al Director de la Biblioteca Pública Estatal, Oscar Jiménez Luna y a su personal, que por muchos años me han tratado en mis tareas de investigador no como merezco, sino mejor de lo que merezco. Lo mismo que al Dr. César González Piña y personal de la Casa de la Cultura Jurídica en Durango de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.