Publicado el: 04/02/2012 / Leido: 6655 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
Fuente: http://www.farodevigo.es/
Los archivos diocesanos de Tui-Vigo y Ourense suman 2.000 visitas anuales, la mayoría para conocer su pasado
Hacer la genealogía de un linaje puede resultar una aventura fascinante y además despierta la curiosidad histórica. La mayoría de las personas que deciden retroceder en el tiempo a través de sus raíces, terminan indagando en el contexto histórico de sus ancestros. Se trata de una labor que requiere tiempo, pero que cada vez acomenten más ciudadanos. Solo los archivos de las diócesis de Tui-Vigo y Ourense suman unas 2.000 visitas anuales, la mayoría de ellas de personas que están interesadas en completar el árbol genealógico de la familia.
No solo quienes tienen un título nobiliario o
son de origen hidalgo indagan en sus raíces familiares. Es más, en los últimos
años, quienes consultan los archivos eclesiásticos civiles son personas que nada
tienen que ver con la nobleza, según Carlos Acuña, presidente de la Asociación
de Genealogía, Heráldica y Nobiliaria de Galicia. "Quienes tienen títulos
nobiliarios ya conocen el origen de su linaje. Es la gente que no los tiene la
que más acude a la asociación para asesorarse de los pasos que debe de seguir
para hacer su árbol genealógico", explica. Indagar en las raíces depara siempre
alguna sorpresa a los investigadores porque en muchos documentos se constatan
aspectos como la profesión y tampoco es raro encontrar que en algún momento de
la historia, una de las ramas familiares entronca con algún apellido de la baja
hidalguía o alguna casa importante.
Para
Acuña, el interés por la historia familiar responde a la necesidad del ser
humano por conocer sus raíces. "Con la herencia familiar nos sucede algo
parecido que con nuestro idioma, que defendemos porque lo sentimos como propio.
Queremos saber quiénes somos y de dónde venimos. El saber es algo innato en el
ser humano", argumenta.
Según el
presidente de esta asociación, fundada en 2001, quien empieza una investigación
genealógica siempre quiere ir más allá en el tiempo:"Hay muchos que empiezan con
su familia y después investiga la de otros. Y además, terminan estudiando
también el contexto histórico: qué pasaba en ese momento, quién gobernaba, cómo
vivían...". Quien lo desee, además, tiene la posibilidad de publicar su
investigación en la revista anual de la asociación. El único requisito: hacerse
socio. ¿El coste? Veinte euros al años. "Todos los años publicamos una veintena
de investigaciones en nuestro boletín y consultas recibimos todos los días",
dice.
La partida de bautismo o de
nacimiento de los padres es un buen punto de partida para comenzar a construir
el árbol genealógico, ya que en este documento aporta, además de los datos del
bautizado, los de sus padres y los cuatro abuelos. A partir de aquí, solo hay
que ir buscando las partidas de nacimiento de cada uno de los familiares. Las
actas matrimoniales son también otra valiosa fuente de información, así como
otros documentos, como partidas de defunción, testamentos y escrituras. Hasta
1870, esta información se puede obtener tanto en los registros civiles como en
los eclesiásticos. Sin embargo, para consultar datos de personas en fechas
anteriores a la creación de los registros civiles hay que acudir a las
parroquias, que desde 1563 tienen la obligación de llevar estos registros, y que
se conservan en los archivos diocesanos.
El de la diócesis de Tui-Vigo, sin embargo, conserva una
más antigua aún. "La más antigua que se conserva data de 1541 y es una partida
de casados. Todos los archivos de las parroquiales con más de cien años están en
el archivo", explica el canónigo archivero de la diócesis de Tui-Vigo, Avelino
Bouzón. El sacerdote reconoce que no podría decir cuántos volúmenes guardan las
estanterías del archivo, aunque calcula que poniéndolos en línea recta,
ocuparían dos kilómetros.
Bouzón atiende
entre 40 y 50 peticiones"presenciales, telefónicas y vía correo electrónico"
cada semana de profesores, investigadores de la universidad e interesados en la
genealogía familiar. "Las administraciones tendrían que preocuparse por estos
archivos, que son propiedad de la Iglesia, también son un patrimonio histórico
común. Aunque el archivo está muy bien conservado, habría que digitalizarlo
porque el papel, aunque esté en las condiciones idónea, termina deteriorándose.
Sería una forma de garantizar su conservación", añade.
Tanto el canónigo archivero de Tui-Vigo como el de la
diócesis de Ourense, Miguel Ángel gonzález, reconocen que en los últimos tres
años, la afluencia de peticiones de partidas de bautismo se han disparado,
aunque el motivo no es el creciente interés por la genealogía, sino la Ley de
Memoria Histórica, que ampliaba la posibilidad de acceder a la nacionalidad
española por un periodo de dos años a partir de su entrada en vigor, en 2008.
"Interés por los orígenes familiares ha habido siempre. Por aquí pasan al año
casi mil personas y el 85% viene para hacer su árbol genealógico. La
aglomeración de peticiones es por personas, mayoritariamente de Iberoamérica,
que necesitaban acreditar su origen gallego para solicitar la doble
nacionalidad", afirma González