Un portal publica online todo el patrimonio cultural argentino
El Servicio Nacional de Inventarios de Patrimonio
(SeNIP), inaugurado en septiembre de 2011, se propone reunir en un solo
portal toda la información de las colecciones de museos y los fondos
documentales de la Argentina. El acceso público como objetivo final
busca además generar conocimiento.
POR
MARCELA MAZZEI
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/tecnologia-comunicacion/SeNIP-Un-portal-publica-online-todo-el-patrimonio-cultural-argentino_0_625137687.html#.TxWcrmBAKsc.email
En el Museo Histórico Nacional, a fines del siglo XIX se creó el
primer inventario de patrimonio cultural argentino. Allí, de puño y
letra se anotaba cada una de las obras de arte, los objetos y documentos
que formarían parte del relato nacional. Pasaron los años, se sumaron
bienes culturales y las técnicas de registro de lo que hay fueron
también evolucionando. En ese mismo edificio de Parque Lezama, en
septiembre de 2011 se presentó el Servicio Nacional de Inventarios de Patrimonio
(SeNIP), un portal de Internet que aspira a reunir"con software
nacional y criterios internacionales" toda la información de bienes
culturales argentinos.
Aunque la informatización del patrimonio
ya existía (incluso antes de Internet), era frecuente que cada museo
tuviera sus propias bases de datos, no compatibles unas con otras, y
sólo accesibles a investigadores a través de un engorroso ejercicio de
burocracia en diferentes organismos para dar quizás con la fecha de
creación de una pintura o el fondo documental de un personaje histórico.
La propuesta es que través del SeNIP, y desde cualquier lugar, se pueda
consultar en detalle el patrimonio cultural argentino."Las colecciones
son públicas y este proyecto tiene como objetivo final hacerlas
accesibles a todo el mundo, manteniendo niveles de seguridad y
confiabilidad", definió Claudia Cabouli, coordinadora general de la
Dirección Nacional de Patrimonio y Museos de la Secretaría de Cultura de
la Nación.
Desde su escritorio, Cabouli relata la historia
detrás del proyecto SeNIP. Una historia que comenzó hace cinco años
atrás, con el análisis del modo en que otros países trataban sus bienes
culturales a la hora de inventariarlos. Así, analizaron el Smithsonian
de Estados Unidos, los museos públicos de varios países de Europa y
Latinoamérica y en principio tomaron el ejemplo de Chile. Decidieron que
desarrollarían un software propio (de producción nacional), y en el
camino advirtieron que no todos los bienes podían ser tratados de la
misma manera. Así nacieron las dos primeras bases que conforman el
SeNIP: CONar, para la gestión y el registro de colecciones de museos; y
MEMORar, que alberga los fondos documentales históricos de museos en
diferentes soportes, ya sea fotografías, textos, audiovisuales, etc.
CONar
es más visual y atractivo. Con un solo clic se pueden ver fotos de las
piezas que conforman las colecciones de los museos"incluso aquellas que
el museo no exhibe de forma permanente, como la del Palais de Glace",
con información amigable de la obra: una auténtica visita virtual. Paula
Zingoni es la responsable del equipo de trabajo que para la fecha de
lanzamiento había cargado 7000 piezas de las colecciones a la base de
datos y antes del brindis de fin de año ya había llegado a las 69 mil.
"Lo que el usuario ve es sólo parte de la información que manejan los
museos, que va desde el número de flete si salió a una exposición
temporaria o un aviso a Interpol si la obra fue sustraída", explica
Zingoni la utilidad extra del proyecto. Porque además de un fuente de
información es un software de gestión documental, una herramienta que
reúne toda la información en una sola base y con solo ejecutar el
comando"imprimir" le permite al personal de museos tener un informe de
inventario o un catálogo.
Los que ingresan a MEMORar no van a
ver fotos y, sin embargo, pueden llevarse grandes sorpresas. Porque toda
la información que el sitio recopila, por razones de conservación y
seguridad, no estaba disponible al público."Hay muy pocos documentos
exhibidos, no cualquiera puede tener acceso y a través de MEMORar el
usuario va a poder leer las cartas de San Martín, Mitre o Urquiza",
explica Malvina Porto, responsable del equipo que tiene la faraónica
tarea de hacer el inventario, la gestión y el control de los fondos
documentales."Siempre pongo el ejemplo de Borges: si querés saber por
qué en el 50 escribió un libro en el que estaba melancólico y triste,
que no era la característica de su producción literaria, buscando
documentación de Borges del 45 al 50 te va a permitir hacer una
historiografía de qué le pasó. Ese es el criterio de los fondos
documentales: se respeta el orden originario y el orden de producción,
siempre por el productor, siempre de acuerdo a normas archivísticas
internacionales".
A pesar de los números, el proyecto atraviesa
una primera etapa en la que los bienes culturales informatizados
provienen de los organismos nacionales que dependen de la Secretaría de
Cultura, que son alrededor de 20, cuando en el país hay más de 1000
museos y reparticiones que dependen de otras jurisdicciones y a los que,
en una segunda etapa que se inicia en 2012, invitan a participar. Como
el SeNIP tiene la propiedad del software, está habilitado para cederlo a
otras instituciones de manera gratuita, a lo que se suma la
capacitación del personal y el seguimiento durante el período de
informatización de los bienes de cada institución, para así acrecentar
el caudal de información.
"Nosotros tenemos la responsabilidad
de hacer el registro de los bienes culturales que están dentro de la
Secretaría de Cultura y además fijar políticas para el resto del país",
explica Claudia Cabouli, que ya vislumbra para el futuro sumar a SeNIP
el registro de fondos bibliográficos históricos y otro de patrimonio
inmaterial. Pero los próximos pasos en concreto son expandir el modelo a
todo el país."Es voluntario y ya hemos recibido pedidos de
universidades y museos de otras jurisdicciones, pero nos gusta ser
cautelosos porque el que se adhiere también se compromete a brindar
información de calidad, a completar la tarea, a no utilizar la
información con fines comerciales, porque el objetivo es el acceso
público".
Abierto y dinámico, el proyecto habilita en su etapa
actual varias alternativas. Además del acceso público"a través de la
Web, que es de fácil navegación" y la gestión de los bienes, permite el
cruce de información en un ejercicio que propone un paraíso para los
historiadores, curadores de arte y cualquier investigador que esté en la
búsqueda de generar conocimiento."El registro de inventarios es un
trabajo que no para, muchos preguntan:"¿Y cuánto terminan?""revela
Cabouli. Esto es ideológico y forma parte de la lógica del inventario:
no se termina nunca, es un trabajo permanente. Porque el objetivo final
es que todo lo que haya de patrimonio cultural que esté dentro de
SeNIP"-.