Publicado el: 29/09/2011 / Leido: 11321 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0
Controversia ha generado la desclasificación de los archivos del servicio secreto de Alemania occidental. Las 900 páginas donde se describe el papel que tuvo el ex oficial de las SS de Hitler, Walter Rauff, al interior del Servicio Inteligencia Federal (BND), causaron la molestia de parte del Parlamento, donde algunos diputados del partido La Izquierda acusaron de "criminal" la conducta del BND bajo el entonces gobierno del canciller democratacristiano Konrad Adenauer y pidieron esclarecer a la gobernante Unión Cristianodemócrata (CDU) "la influencia que habrían tenido ex jerarcas del Tercer Reich en los primeros años de la República Federal de Alemania".
El pasado fin de semana, el periódico alemán Bild y la revista Der Spiegel, basados en los documentos del BND, revelaron detalles sobre la vida de Rauff en Sudamérica y, en particular, sobre cómo pasó de ser el acusado de más de miles de muertes en los campos de concentración durante la II Guerra Mundial, a trabajar como comerciante en Chile y ser contratado por los servicios secretos de Alemania Occidental para informar sobre el líder cubano, Fidel Castro.
Para Der Spiegel, el servicio secreto germano conocía el historial nacionalsocialista de Rauff cuando lo reclutó, en 1958. "Nunca ocultó su pasado", dice un documento. Sin embargo, el BND, al parecer, desconocía en un principio la participación del ex SS en asesinatos, publicó la revista alemana.
La entrada de Rauff al servicio secreto ocurrió precisamente en el momento en que la inteligencia germana comenzaba a ampliar su red de agentes por el mundo en plena Guerra Fría. Según la publicación, el ex SS era visto como un experto en inteligencia, ya que había trabajado durante la guerra en la Dirección General de Seguridad del Tercer Reich. También era considerado como un "hombre viajado".
Cuando el servicio secreto lo contactó en Chile -adonde llegó en 1958-, Rauff acordó cooperar de inmediato con el gobierno federal alemán. Según Der Spiegel, su disposición a trabajar con la agencia, probablemente, tuvo que ver con el hecho de que el agente del BND que lo contactó era un viejo conocido de la Dirección General de Seguridad. Este hombre era Rudolf Oebsger-Röder, periodista y también ex miembro de las SS. Después de la guerra, Oebsger-Röder pasó varios años trabajando para una revista militar de ex soldados e incluso, para Der Spiegel. También ayudaba al BND a contactar a posibles agentes.
Así fue como Oebsger-Röder fue puesto a cargo de una oficina en el exterior del BND en 1958. Rauff fue, probablemente, uno de los primeros agentes que reclutó en su nuevo cargo. Recibió el alias de Enrico Gómez y viajó por toda la región con esa identidad, según cuenta la revista alemana. En un principio recibió un sueldo mensual de 2.000 marcos alemanes de la época. Pero en febrero de 1962 se le recortó a la mitad, porque el BND no quedó satisfecho con los resultados de los informes que realizó sobre Cuba tras visitar ese país, aseguró Bild.
A pesar de ser agente federal, en 1961 se emitió una orden de captura contra el ex oficial después que una familia de la ciudad de Köthen, en la República Democrática Alemana, lo acusara de la muerte de más de 90.000 personas. Der Spiegel destaca que la orden de arresto no detuvo el entrenamiento que Rauff recibió en los cuarteles generales de la inteligencia alemana en la localidad de Pullach, cerca de Munich, a comienzos de 1962. Estando en suelo alemán, tampoco fue detenido. El mismo servicio secreto lo alertó de su inminente detención en Chile -donde trabajaba como comerciante- y le pidió que destruyera todos los documentos que lo comprometieran como agente. Fue arrestado en 1962 en Punta Arenas y se le abrió un juicio en virtud de la petición alemana, pero fue sobreseído porque la justicia consideró que sus crímenes habían prescrito. Ese año dejó de trabajar para el BND. Finalmente, murió en 1984, en Santiago.
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