Barcelona busca su memoria perdida

Publicado el: 15/02/2011 / Leido: 7733 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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Barcelona busca su memoria perdida

Fuente: http://eltiempo.com.ve
Autor: Gabriela Díaz

ARCELONA.- La capital del estado Anzoátegui cumple hoy 373 años de su fundación, llevando a cuestas el pesado y vetusto bagaje de sus sueños por cumplir. El rescate de su corazón, el valioso casco colonial, es una deuda social, histórica y hasta genética que sus pobladores aspiran a que sea saldada algún día.

En la esquina de la calle San Carlos con calle Juncal, a un paso de la plaza Boyacá, está una casona que aguarda muda su restauración. Sólo una pequeña placa de mármol en su fachada hace honor a su trascendencia. "Aquí nació, el 15/12/1790 Pedro María Freites", se lee mientras entran y salen clientes del modesto bar popular que funciona en un costado y que sirve de parada para los sedientos de una amena tertulia con viejos amigos.

Allí, encontramos a Pino Miceli, de 52 años, quien es regente del local. Cuenta que ha vivido desde hace cinco décadas en esta casa colonial que fue durante años un hotel y que hoy sirve de hogar a personas de la tercera edad. "Reconstruir una vivienda como esta requiere de mucho dinero. Es lastimoso que la mayoría de las casas barcelonesas se estén cayendo", expresa.

Un oscuro pasillo lleva al interior del inmueble con techos, pisos y balcones de madera que se descubren gracias al caudal de luz natural que baña su patio central. Al pie de la escalera está José Bravo, ex vigilante del Hotel Plaza (el antiguo nombre del lugar) e inquilino desde hace 40 años.

"El Hotel Plaza fue el mejor de su tiempo y según la historia, aquí nació el prócer Pedro María Freites... Yo no puedo afirmarlo", dice antes de lanzar una contagiosa carcajada. "Comencé -retoma el hilo- como portero del hotel porque Don Carlos Hero Miceli Olivieri (el antiguo dueño) me ofreció el trabajo. Me fui quedando y cuando cerró el hotel, seguí cuidando para que nadie se metiera a robar. Hoy viven aquí doce viejitos".

A Bravo no se le borra de la memoria la intensa actividad que había al frente de la casona, en la plaza Boyacá, donde funcionaba en los '60 y '70 la parada de carritos de la Unión Anzoátegui y la gente pagaba una locha para ver películas mexicanas de Cantinflas, Jorge Negrete o Pedro Infante, en el Cine Central (al lado de la Catedral). "Es una lástima que hayan derrumbado el cine. Es triste que no se restauren casas como esta para el bien público".

Identidad necesaria

En la calle Bolívar, la Casa Amarilla (donde se firmó el acta de emancipación de Venezuela y se nombró la Junta Patriótica Provisional) sólo conserva una melancólica fachada que mira hacia otro lar histórico que corrió con menos suerte y que fue devorado por las llamas.

"Barcelona deprime. Nadie ha entendido el sentido real que tiene nuestro casco histórico: primero, para lograr la identificación de la gente con su pasado, y segundo, como atracción turística", apunta el restaurador de figuras religiosas Hernán Paúl Molina.

El artista es inquilino desde hace 40 años de la casa colonial identificada con un gran "1.858" esculpido en yeso, en la calle Juncal. Es un enamorado del casco viejo barcelonés y su historia. En su cartera, como un tesoro, guarda un plano desgastado que hizo hace unos 12 años, cuando trató de convencer a las autoridades "de la IV y la V República" de que había que proteger y buscar recursos para recuperar urgentemente las cuadras aledañas a la plaza Boyacá y la Catedral.

Molina se ha sentido muchas veces como un Quijote peleando solo contra grandes molinos de viento. Considera incorrecto que la ordenanza del Casco Histórico de Barcelona incluya todas las cuadras que van desde la calle Zamora hasta la avenida Fuerzas Armadas.

"Es irreal que se tome como casco histórico a algo tan grande como la mitad de Barcelona. No toda casa vieja es una joya, hay muchas que son ranchos. Los esfuerzos deberían concentrarse en las que todavía tienen vestigios, valor histórico y están en pie".

Hacia la calle Bolívar está otra casa de valor patrimonial, donde funcionó una vez el ayuntamiento barcelonés. Frente a ella - que hoy sólo mantiene su fachada y las imitaciones en hierro forjado de lo que una vez fueron sus balcones con rejas de bronce- vive Ana Isabel Briceño, propietaria de la Librería y Papelería Briceño. Desde el año 64, cuando se mudó a esta calle, sus ojos han seguido la ilustre fachada decorada con una figura femenina tipo romana.

Fecha enmendada

La ciudad de Santa Eulalia de Nueva Barcelona, hoy capital de Anzoátegui, fue fundada el 12 de febrero de 1638 por Juan de Urpín. 92 hombres y 109 vecinos del asentamiento San Cristóbal de Los Cumanagotos lo acompañaron en esta fundación oficial, que fue tan solo reconocida en 2010, luego de una profunda investigación encomendada a un equipo de historiadores integrado por Marco Delgado (actual cronista de Barcelona), Rafael Dum y Guillermo Bass Méndez. El presidente de la Sociedad Bolivariana de Anzoátegui, Luis Simón Jiménez, refiere que hasta 2007 había una confusión con la fecha de la fundación de la urbe. Al revisarse exhaustivamente los archivos históricos, el equipo determinó que la verdadera fundación ocurrió en 1638 y no el 1° de enero de 1671.

"Me gustaría que se rescataran todas estas casas viejas de Barcelona. En cualquier parte de Venezuela uno consigue ciudades mejores vestidas, con su casco conservado e iluminadas de noche. Aquí vivimos en tinieblas".

Publicado el: 15/02/2011 / Leido: 7733 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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