Presentación del Archivo Provincial de las Escuelas Pías_Argentina

Publicado el: 11/06/2008 / Leido: 11698 veces / Comentarios: 0 / Archivos Adjuntos: 0

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Presentación del Archivo Provincial

de las Escuelas Pías de Argentina

Joan Florensa- Eugenio Castro

Trabajo Presentado:

2do. Congreso Argentino de Archivística

Tecnología de la Información en los Archivos

25, 26 y 27 de Agosto de 2005

Plaza Real Suites Hotel

Rosario" Provincia de Santa Fe

República Argentina

El Archivo Provincial de las Escuelas Pías de Argentina  no se había presentado en sociedad hasta este momento. Existía, pero sin salir de sus estanterías y armarios.

            La presentación del Archivo requiere explicar previamente su formación a través de más de un siglo, tiempo en que ha venido acumulando documentación. Y como todo archivo responde a una entidad, la historia de esta entidad ―las Escuelas Pías en Argentina― también pide su presentación. Empecemos, pues, por una breve historia de la presencia escolapia en Sudamérica, para seguir con la historia propiamente del archivo y acabar con una exposición de su organización.

1. Presencia escolapia en Sudamérica

Los primeros escolapios que pisaron tierras sudamericanas fueron los catalanes Pere Giralt, Antoni Masramon y Sebastià Llobateras, los cuales arribaron al puerto de Montevideo en 1836 escapando de la supresión de religiosos en España. Iban camino de Buenos Aires, pero en la escala en la capital de Uruguay, encontraron buena acogida y allí se quedaron. Fundaron colegio en Montevideo. No seguimos con su historia. Baste esta pincelada para dejar constancia del hecho.

            En 1870 llegaba a Buenos Aires el P. Ramón Cabezas ─escolapio de la provincia de Castilla─ que llevaba el encargo verbal del P. General romano Calasanz Casanovas de fundar las Escuelas Pías Sudamericanas. Respondía a la idea del Papa Pío IX de expansión de la fe y de contribuir a la formación de clero propio de cada país.  El P. Cabezas abrió en 1870 colegio en Buenos Aires. Llegó a conseguir hasta seis profesiones pero de jóvenes que consiguió en España. Después, su sucesor, el P. Fermín Molina, hizo en 1884 lo propio en Tucumán. Estos colegios no se afianzaron  y en 1888 acabó la experiencia.

            La Vicaría General de las Escuelas Pías de España también proyectó la entrada de la Orden en Sudamérica. El P. Félix Sors ─religioso de la provincia escolapia de Cataluña─ recibió el encargo de fundar en Yumbel y Concepción (Chile). Llegó en 1886 al frente de un grupito de religiosos con el cargo de Vicario Provincial. El primer colegio tuvo corta duración y el segundo fue una de las bases de la futura Escuela Pía Sudamericana. Siguió la fundación de Buenos Aires en 1891. Este período es conocido como el de la Vicaría generalicio porque dependía del P. Vicario general de España. En 1893 se erigieron las tres casas existentes en la Viceprovincia provisional de Sudamérica dependiente del Vicario español; el año 1894 se fundó el colegio de Córdoba (colegio de Santo Tomas).

            Tres años después (1896) se le daba forma y categoría definitiva de Viceprovincia. Esta situación sólo duró un año, puesto que en 1897 la Viceprovincia fue agregada a la Provincia de Aragón. Empezó así el largo período aragonés hasta 1964.  El Primer Viceprovincial fue el P. León Vidaller que trabajó para dotar la institución de la documentación necesaria y no sólo abrió cuadernos para ir anotando diversas incidencias de la Viceprovincia sino que incluso transcribió documentos antiguos pero que creyó indispensables para asentar debidamente las Escuelas Pías en estas tierras.

            Por decreto del P. General romano, Giuseppe del Buono, se erigió en 1933 en España la provincia de Vasconia a la que se agregaron las casas escolapias de Chile, como una nueva Viceprovincia. Las casas existentes en Argentina continuaron dependiendo de la provincia de Aragón pero desde ahora con el nombre de Viceprovincia de Argentina.

            Las casas existentes en Argentina fueron declaradas provincia independiente por decreto del P. General Vicente Tomek el 27 de agosto de 1964.

            Después de tanteos, de experiencias y de trabajos, se llegaba a la mayor edad plena de las Escuelas Pías en Argentina.

2. Historia del Archivo Provincial

El P. Félix Sors residió en Concepción, pero los otros superiores mayores que le siguieron residieron siempre en Buenos Aires. En esta última ciudad, pues, fue quedando la documentación, es decir: formándose el archivo. Así siguió hasta que en 1970 el P. José Luis Cepero, recién nombrado provincial, trasladó su residencia a Córdoba, colegio de Santo Tomás. La documentación que había en Buenos Aires no se trasladó, pero lo que se fue generando comenzó a quedar en Córdoba; de todas maneras como los secretarios provinciales residieron durante tiempo en Buenos Aires, no toda la documentación nueva estaba  en Córdoba sino que algo se archivaba en Buenos Aires.

            Ante esta dispersión de documentos llegó el momento de pensarse en organizarlo. En diciembre de 1986 el P. Provincial, Juan Kinderknecht, en la sesión de la Congregación Provincial comunicó que el P. Pietro Formai había aceptado hacerse cargo del ordenamiento del archivo provincial.

            La documentación que había en Buenos Aires se trasladó al colegio de Santo Tomás en Córdoba y se juntó al que allí había. El P. Formai comenzó a trabajar de inmediato y el primero de abril de 1987 acabó el primer inventario o índice como él le llamó. En el capítulo local celebrado por la comunidad del colegio se hizo hincapié en lo bien ordenado que había quedado tanto el archivo local como el provincial gracias a la actuación del P. Formai. Poco después el archivo se trasladó a la Residencia Provincial de la calle Lima donde ha permanecido hasta la actualidad.

3. El P. Ángel Clavero

Este escolapio merece mención especial para la historia del archivo. Había nacido en Barbastro el primero de marzo de 1882 y llegó a Argentina en 1908. Trabajó en varios de sus colegios, pero de manera especial permaneció y se dio a conocer en Córdoba. En 1943 fue miembro numerario de la Academia de Historia Eclesiástica de Argentina, premio y reconocimiento a sus múltiples publicaciones sobre la historia de la Iglesia en el país. Murió en Córdoba el 20 de diciembre de 1957.

Pero además de sus trabajos de historia que tal vez con los criterios actuales no valoraríamos tanto, cabe señalar los muchos datos y noticias  que aportó. Gracias a  su constante búsqueda tenemos muchas de las informaciones de los escolapios que pisaron por vez primera tierras argentinas o chilenas. Incluso recabó y copió información sobre la estancia de los escolapios catalanes en 1835 en Montevideo. Recorrió archivos eclesiásticos y civiles, leyó prensa antigua. Copiaba los textos y anotaba puntualmente las citas o lugar en que lo encontraba. Es sin la menor duda una fuente de la máxima importancia para los primeros años de las Escuelas Pías en Sudamérica cuando los protagonistas tenían más interés en sobrevivir que en redactar documentos o escribir su historia. Los escritos y recopilaciones del P. Clavero tienen, pues, un puesto destacado en el archivo provincial.

4. Organización del Archivo

No parece que el archivo tuviera ninguna organización hasta la creación de la provincia o que al menos no se hizo nada particular al respecto.

            En el Capítulo provincial de 1976 se afirma que los secretarios provinciales anteriores, PP. Antonio M. Paniego y Juan Langan, habían encuadernado la documentación oficial en los siguientes volúmenes. Capítulos Vicariales 1909-1964, Capítulos Locales 1895-1964, Oficios y Cartas del Vicario General 1878-1934, Oficios y Cartas del P. General 1923-1964 y, en dos volúmenes, los Oficios del P. Provincial y del P. Vicario correspondientes a los años 1900-1057 y 1058-1964. Es la primera organización de que tenemos constancia documentada. Otra documentación similar estaba a punto en aquel año de 1976 para ser encuadernada.

            Otra documentación fue colocada en libros formados por bolsas de plástico; ignoramos la fecha en que se realizó, pero por el tipo de encuadernación sospechamos que fue en un momento anterior a 1976.

            En cada uno de estos volúmenes hay al frente una relación del contenido o índice.

            El P. Pietro Formai fue quien dio una organización general al archivo. El mismo explica que creó seis áreas que encabezó con una letra mayúscula, a saber. A" Documentos (oficiales), B" Libros, C" Personas, D" Propiedades, E" Ilustraciones (fotos, iconografía) y F" Publicaciones (libros, manuscritos).

            A continuación confeccionó índices de la documentación que tenía clasificada. Redactó los índices A" I, que comprende desde el origen hasta 1964 y forma un volumen de X + 180 páginas. El otro volumen fue el B" I con los libros de la Vicaría y de las casas suprimidas, con 92 páginas. Finalmente, del área C compuso un índice alfabético. En la introducción al primer volumen explica detenidamente su método y trabajo realizado.

            La descripción de cada uno de los documentos comprende los siguientes datos: orden de numeración correspondiente al tomo, breve descripción del contenido, autor, lugar y fecha de emisión, cualidad del documento (original o copia) y cantidad de fajos que lo componen.

            Además redactó unas fichas que comprendían cuatro gavetas, pero que no hemos podido encontrar (se habrán, pues, perdido). Las fichas abarcaban la siguiente clasificación: personas, fundaciones y organización. Su contenido era: título y número que identificaba la ficha, fecha del documento, informe o contenido sintético y lugar del documento.

            La labor archivística del P. Formai, pues, fue notable, aunque como vemos no la llevó totalmente a término; le quedó lo más reciente por hacer.

            Posteriormente la señora Patricia Juan continuó la labor del P. Formai en la parte de documentación oficial: lo colocó en cajas por años y redactó un índice que colocó al principio de la documentación en la caja. Numeró las cajas con el mismo sistema del P. Formai.

            A principios del año actual, 2005, se encargó del archivo Eugenio Castro, el cual, hasta el presente invierno, ha ordenado las últimas entradas y ha informatizado todo lo que no tenía índice, usando el programa Excel.

            La mayor parte del archivo o tiene índice o está informatizado. Convendría juntarlos todos en un volumen y se tendría una considerable parte del archivo inventariado con una descripción detallada. Los índices no informatizados convendría previamente entrarlos a la computadora.

5. La línea actual

Creemos que hoy la tendencia de los archivos de las entidades se dirige a la concentración de los archivos locales o menores en uno mayor. En nuestro caso se trataría de concentrar los archivos de las casas (colegios, y comunidades) en el archivo provincial. No es necesario enumerar sus ventajas y beneficios sobradamente conocidos por quienes están en el mundo de los archivos.

            También observamos que hay documentación que difícilmente encaja en las áreas que creó el P. Formai. Por ello proponemos un nuevo organigrama que no modifica lo anterior sino que lo amplía.

            Hemos pensado en unas grandes secciones, a saber:

01.                Legislación o sea, documentos que proceden o han de ser aprobados por la Santa Sede como las Constituciones, Reglas, oficios propios de la Orden, etc.

02-06.     Documentación provincial: toda la documentación generada por el P. Provincial, por todos los oficiales de la provincia u por los organismos de carácter provincial  así como todos los actos colectivos que abarcan más de una casa. Los diversos números corresponden  a 02: Gobierno; 03; Gestión; 04, Relaciones; 05: Catálogo y 06 Servicios provinciales.

07.               Casas: la documentación generada por cada casa o colegios (las parroquias quedan evidentemente al margen en cuanto a lo que se refiere a su relación o dependencia de los obispados).

08.               Personas: la documentación aportada por los religiosos o laicos, como documentación personal, escritos, etc.

09.               Formación: hoy en día se genera mucha documentación en este sentido, tanto de la formación inicial como de la permanente, o para los formadores. Creemos que se le debe destinar un apartado específico.

10.               Otros fondos: se recibe mucha información de las otras provincias de la Orden, de las congregaciones afines (congregaciones religiosas que se consideran vinculadas a nuestra Orden por su apostolado y devoción a nuestro fundador san José de Calasanz); a veces pueden llegar fondos o archivos de lo más inesperado y conviene tener un lugar previsto.

11.               Fotografías: su característica particular sugiere separar este material que acostumbra ser considerable en lugar separado de la documentación (siempre que sea posible su separación). Aunque la clasificación será la misma que se dé al resto de documentación. Junto a la fotografía puede subdividirse la sección para recoger otro tipo de material gráfico como diapositivas, videos, films, cassettes, disquetes o CD.

12.               Especiales: de la misma manera que la fotografía requiere un tratamiento y acondicionamiento especial, hay otro tipo de documentación que también lo exige, como los carteles de gran formato, los pergaminos, los mapas, etc. que conviene mantener extendidos y no plegados. Es bueno y normal tener un espacio y serie para este tipo de documentación.

Cada una de estas secciones se ha subdividido en varios números (también la sección va numerada, ya que creemos que es mejor trabajar siempre con número que con letras en la computadora) según convenga en cada momento.

Repetimos que todo lo anteriormente organizado cabe perfectamente en el organigrama que hemos trazado. Respetamos lo hecho y lo ampliamos.

            Como actualmente la documentación está en diversos armarios creemos que no basta la organización anterior para encontrar los documentos cuando se pide uno en concreto. Por ellos hemos adoptado el sistema siguiente.

            Colocamos los documentos en cajas y en una etiqueta señalamos el número del organigrama y el de ubicación en los armarios.

            En toda la documentación que ya estaba informatizada (como dijimos antes) se añadirán dos nuevos campos: uno con el del número del organigrama y otro con el de la ubicación.

            Creemos que de esta manera el Archivo Provincial de las Escuelas Pías de Argentina podrá prestar un buen servicio.

6. Importancia del Archivo

Después de lo expuesto queda claro que este Archivo contiene valiosa documentación que podemos enumerar por áreas.

Abarca un período largo de más de ciento cincuenta años, lo cual permite estudiar las vicisitudes que han vivido las Escuelas Pías en el país.

Su área geográfica va más allá del propio país y puede documentar la presencia escolapia en Uruguay, en Chile, en Puerto Rico, en la República del Salvador, además de intentos de fundación como el de Bolivia; y desde 1994 la provincia se hecho presente en la India.

El objetivo de los escolapios fue la creación de escuelas para la enseñanza de los niños. Cada fundación de una comunidad religiosa respondió a un interés por los niños y jóvenes de aquella población. La pedagogía calasancia ha tenido una larga tradición en Argentina como puede comprobarse acercándose al archivo y examinando sus libros y documentos. Generaciones de hombres de todas las categorías y clases sociales han pasado por las aulas de los escolapios. Han dejado huella en el país. Su archivo provincial explica cómo los religiosos escolapios les infundieron una manera de ser y de pensar vinculado al amor a la patria y a Dios.

Todas las fundaciones o fueron promovidas desde su origen por un obispo o por sacerdotes o en el proceso de su consolidación intervinieron estas personas. De esta manera las Escuelas Pías nacieron en Argentina vinculadas a la Iglesia y para su servicio.

            Cuenta el archivo provincial con una biblioteca escolapia anexa que complementa la información que da la documentación manuscrita, obra de escolapios que han publicado en Argentina y otros que lo han hecho fuera.

            También dispone el archivo de una hemeroteca de la que destacamos las revistas que los escolapios han publicado en Argentina, tanto a nivel provincial como por los colegios o grupos de alumnos.

            Este es nuestro archivo provincial que hoy hemos presentado para que pueda servir a cuantos investigadores y amantes del saber interese.

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